sábado, 18 de diciembre de 2010

MÚSICA PARA LA NAVIDAD (II)


ORATORIO DE NAVIDAD de Johann Sebastian Bach.

Escribía Ignacio Deleyto Alcalá en la revista FILOMÚSICA en diciembre de 2004:

El Oratorio de Navidad de Johann Sebastian Bach está formado por seis cantatas compuestas para ser interpretadas durante los días de Navidad. Cada cantata está construida siguiendo el modelo de una típica cantata de iglesia de Leipzig, es decir, recitativos, arias, coros y corales. Para la elaboración de esta magna obra Bach volvió a varias de sus cantatas profanas, en particular, a las BWV 213 y BWV 214. Bach modificó el texto y con ello el espíritu de la música. Tomemos, por ejemplo, el aria para alto “Ich will dich nicht hören” parodiada como “Bereite dich, Zion”: misma música para las dos arias, pero con muy poco en común. De hecho, todas las arias y coros de Lasst uns sorgen, lasst uns wachen BWV 213 serían reutilizados en la nueva obra coral religiosa sin apenas cambios.

El Oratorio de Navidad es la celebración del nacimiento y adoración del Niño Jesús, con un componente narrativo lo cual justifica su denominación de “oratorio” frente al de “cantata”. Combina alegría y optimismo con ternura y dulzura. Una buena muestra de la primera sería el jubiloso coro que abre la obra “Jauchzet, frohlocket, auf, preiset die Tage”, quizás el coro más famoso de Bach y que, con trompetas y timbales, es capaz de resucitar a un muerto en sus primeros acordes. Igual ocurre con “Herrscher des Himmels”, jubiloso coro que abre y cierra la tercera cantata. Ternura y dulzura, así como estática contemplación, encontramos en la única pieza instrumental de la partitura, la “Sinfonia”, que inicia la segunda cantata. Aquí parece detenerse el tiempo mediante una melodía dulce y ensoñadora en la cuerda y las maderas, que representa el ideal de paz y sosiego navideños. En esta categoría entraría, sin duda, el aria para alto “Schlafe, mein Liebster, geniesse der Ruh”, una nana sin parangón al Niño Jesús.


Poco puedo añadir a estas palabras. La navidad no es la pasión y por eso este oratorio no trasmite el profundo drama de las dos composiciones bachianas sobre la muerte de Jesús. El optimismo es muy obvio en la escritura, como demuestra el coro inicial, donde el texto avanza con una alegría entusiasta y ampulosa.
El Oratorio de Navidad es una gran obra, magnífica, especial para celebrar estos días. les adjunto una versión notable, pues utiliza ciertos criterios historicistas con instrumentos modernizados, lo que demuestra que la investigación sobre la interpretación "de época" ha traspasado el propio ámbito de los instrumentos originales.
La Orquesta y Coro de la RTVE, bajo la dirección de Rubén Dubronvsky realiza una versión sin abuso de medios de mentalidad romántica y con un criterio consecuente con lo anteriormente expuesto. Es una selección de fragmentos de las seis cantatas que completan la obra. La presentadora es mi buena amiga y compositora Consuelo Díez.
Disfruten de esta música y estas fechas.

domingo, 5 de diciembre de 2010

MÚSICA PARA LA NAVIDAD (I)


Se acercan estas fechas que generan tantos afectos en la población occidental, que vive dividida entre dos sensibilidades: una mitad las adora (niños, personas sensibles, optimistas, comerciantes en general, padres con hijos pequeños, abuelos...), mientras la otra las detesta (personas de mediana edad, pesimistas, laicistas recalcitrantes, separados, alguien que tiene un duelo por un ser querido, parados...)
Mi mirada ante la navidad es curiosa. Soy hijo de tenderos que hacían su "agosto" en diciembre y enero. En ese aspecto, viví mi infancia observando el "estrés" familiar, pero con recuerdos hermosos, alegría compartida y momentos que nunca se olvidan. Yo sentía esa paradoja absurda de creer fielmente en los reyes magos mientras veía la juguetería de mi padre llena de clientes. También se han marcado como un puñal las tristezas por las pérdidas, a mi madre con cara de luchadora que disimulaba con una sonrisa mientras por dentro le recorrían cristales de amargura y profunda pena viendo a los cuatro niños que su hermana Mercedes se dejó en la tierra. Pero entre todos los personajes hay uno que resalta en mi familia: mi adorado abuelo Jesús. Vivió la tragedia de ver morir dos hijas, pero nunca perdió la sonrisa ni la ilusión en estas fechas y su alegría de vivir era contagiosa (la ha heredado mi tía Nines, que es una mujer admirable). El destino quiso que falleciera un 25 de diciembre de 2003, con 92 años, tras una pantagruélica nochebuena y un puro bien fumado y disfrutado.
Tras esta catarsis familiar, retomo el tema del blog: la música. Y es que no hay fechas más lastimadas musicalmente que la navidad. Los repugnantes, odiosos e imbéciles hasta el insulto "villancicos populares" han hecho un daño irreparable a la música, a la belleza y al ser humano en general. Vomitemos sin reparos sobre canciones nauseabundas tipo "Jingle bells", "Pero mira cómo beben los peces en el río", "En la puerta de mi casa voy a poner un petardo" y todo tipo de horribles berridos contra el buen gusto, que sólo pueden generar odio, pesadillas, depresión y otros problemas psicológicos.
Hoy quiero hablar del origen del villancico. A pesar de lo que la gente cree, no es religioso, sino profano. Nace en España y es una forma polifónica sencilla, de temas casi siempre amorosos, escritura homofónica (sin contrapunto imitativo), en estructura AB que se repite variando la letra. A diferencia de la polifonía religiosa, que estaba escrita en latín, los villancicos usaban el castellano.
El término proviene de la palabra "villano" o habitante de la villa (sin el sentido despectivo y peyorativo actual), pues era una música cercana, por su sencillez, a la gente del pueblo. El primer gran autor de villancicos fue Juan del Enzina (1468-1529), en el cual es difícil encontrar temática del nacimiento de Jesús o la epifanía. Uno de los pocos ejemplos es Oh Reyes Magos Benditos. Durante el siglo XVI se fue extendiendo el uso de temática navideña en los villancicos en lengua castellana, pero siguió siendo minoritario hasta el siglo XVII.
El ejemplo que les pongo hoy es uno de los más bellos. Se trata del conocido Niño Dios d´amor herido del compositor sevillano Francisco Guerrero (1528-1599), uno de los grandes polifonistas españoles del renacimiento, contrarreformista convencido, que imprimió todas las emociones en un lenguaje austero general. En sus Canciones y villanescas espirituales utiliza la forma villancico (villanesca y villancico son sinónimos) y una homofonía clara, emoción contenida y equilibrio poético muy similar al de Garcilaso de la Vega.
Con esta página, magistralmente interpretada por Música Ficta, el espíritu navideño regresará a todos los hogares y será compartido por creyentes y no creyentes.

Niño Dios d´amor herido
¿tan presto os enamoráis?
Que apenas habéis nascido
cuando d´amores lloráis.

En esa mortal divisa,
nos mostráis bien el amar,
pues siendo hijo de risa,
lo trocáis por el amar.

La risa nos ha cabido,
el llorar bien lo aceptáis,
y a penas habéis nascido
cuando d´amores lloráis.


domingo, 14 de noviembre de 2010

Muere Henryk Górecki

ABC. ALBERTO GONZÁLEZ LAPUENTE
Día 12/11/2010 - 18.27h
Henryk Górecki había nacido el 6 de diciembre de 1933 en Czernica, al suroeste de Katowice. Se graduó en composición en la Escuela de Música de esta ciudad, de la que fue director. Los años de estudio coinciden con el moderno resurgir de la música polaca. Gorécki participa de él con una de las obras más experimentales del momento «Scontri» (1960). Un año después gana el primer premio de la Bienal de Jóvenes de París por su «Sinfonía núm. 1. 1959» y, en 1970 recibe el premio de la Unión de Compositores Polacos compartido con Penderecki.
Hasta entonces, había utilizado múltiples técnicas, si bien se hace ya evidente que lo expresivo prevalece sobre lo especulativo. Lo explicaba en 1962: «Para mi el arte es una manifestación de la vida». Inmediatamente, asoman las «Tres piezas en estilo antiguo» (1963) y, con ellas, un estilo meditativo del que surgen piezas con claro protagonismo vocal. A este período pertenece la «Segunda sinfonía. Copernicana» (1972), «Beatus vir» (1979) y, especialmente, la famosísima «Tercera sinfonía. De la lamentaciones» (1976).
Ingenua y reaccionaria
Considerada, tras el estreno, ingenua y reaccionaria, la tercera sinfonía proclamó su éxito en 1992, con la grabación de la soprano Dawn Upshaw, junto a la London Sinfonietta dirigida por David Zinman: «Me desconcierta, por qué esta melancólica sinfonía ha enviado a la gente a las tiendas de discos» (Michael Kennedy, Sunday Telegraph), es «una carga de lóbregos disparates» (Auberon Waugh, Evening Standard), «sin música que llevar al oído» (David Mellor, The Guardian). Pero Górecki copa las listas de ventas mientras se distribuyen cerca de 14.000 copias diarias. Es el triunfo del neomisticismo que alimentó a una buena porción del arte del fin de siglo.
Marcado por este hecho, Górecki se concentrará en la composición de pequeñas piezas, canciones y obras religiosas. Siempre en cercanía a la música popular polaca, las tradiciones religiosas, y la admiración a Chopin y Beethoven. Sin duda, Górecki quería vivir al margen del fenómeno, disfrutar de la vida tranquila, del aire puro de la región de Podhale y de las montañas de Tatra. Siempre incapaz de reconocerse llegó a decir: «Gran éxito, sí; agradezco a Dios que me lo diera, pues es como si otro hubiera escrito la obra.»
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La muerte de Gorécki me ha traído a la mente una de mis innumerables experiencias musicales. Cómo no, su celebrada, criticada, alabada y Tercera sinfonía, ejemplo del minimalismo más obvio, extremo, pero que no deja a nadie indiferente. Por esa música he sentido las mayores paradojas: admiración, desprecio, emoción, frialdad, indiferencia, concentración...
Su dramatismo y libertad son los baluartes del autor. La Polonia ocupada por los nazis sale a la luz en esta música.
Descanse en paz maestro, y si hay un más allá, espero verle para debatir sobre música en una lengua universal.

miércoles, 20 de octubre de 2010

El maestro Estarellas


Poco puedo añadir de mi maestro Gabriel Estarellas que no esté publicado en su página web, en su extensa discografía o en cualquier biblioteca sobre música para guitarra del siglo XX. Tan sólo voy a hablar de mi contacto personal con él.
En el año 1992, un joven conquense, con la maleta llena de ilusión, viaja a Madrid para estudiar el grado superior de guitarra en el Real Conservatorio Superior de Música. El contacto con Gabriel fue difícil al principio. Yo, al fin y al cabo, era el típico jactancioso que destacaba en una ciudad pequeña, pero que al lado de lo mejor del país y del extranjero (la cátedra de guitarra estaba poblada por alumnos de allende nuestras fronteras) pasaba por uno más, lleno de vicios y errores técnicos que muchas veces me negaba a ver.
El maestro Estarellas imponía. Su rictus en clase (quien no sea músico, debe imaginar la situación de más de una hora donde sólo hay un alumno y un profesor) siempre era serio. Rara vez decía adjetivos como "perfecto", "inigualable" o "está clavado", nada que pudiera convertir al alumno en un acomodado.
Eso sí, nunca tenía un mal gesto, animaba al estudio y sobre todo... resolvía TODAS las dudas técnicas, ahondaba en el estilo de la pieza, hablaba desde la sabiduría del MÚSICO con mayúsculas, que permanecía en contacto con los compositores más importantes de España. Además era un visionario de la guitarra y un buscador de sonoridades. Recuerdo cómo monté con profundidad Fábula, de Luis de Pablo, cuando apenas había salido de la mente del autor.
Tras acabar los estudios (demasiado rápidamente) hubo un periodo de separación. Él siguió su gran carrera como solista y docente (por él han pasado grandes intérpretes como Mauricio Díaz Álvarez o Lucas Martino Garro) y yo me centré en intentar dominar el mundo de la composición. Pensando en él compuse el Concierto para guitarra y orquesta de cuerda. Cuando lo recibió movió "Roma con Santiago" para posibilitar su estreno, que tuvo lugar en Lublin (Polonia) dentro del Festival Internacional de Guitarra de esa ciudad en 2005, actuando como solista Lucas Martino.
Hace un año me encargó una obra para ser estrenada en los ciclos del CDMC en el auditorio del Museo Reina Sofía. Como consecuencia de ello, nació Passacaglia, que sonará por primera vez el 15 de noviembre.
Estoy nervioso, pero seguro de que será un éxito. El intérprete lo garantiza.





martes, 12 de octubre de 2010

Retorno a las músicas que me emocionaron (II)


Las sombras se aclaran por momentos, aunque sé que su retorno será cíclico y continuo. Quiero aprovechar en esta noche de lluvia y de ciertos claros en mi cabeza para analizar otra obra que me marcó en mi época de juventud, esta vez como estudiante de guitarra.
La Canción del emperador del vihuelista del renacimiento español Luys de Narvaez (alrededor de 1500-1550 ó 1560) está publicada en su obra «Los seys libros del Delphin de música en cifra para tañer vihuela». Se trata de una transcripción muy libre y variada de la bellísima chanson polifónica de Josquin des Pres (1440-1521) Mille Regretz. Poco podemos decir de esta música, amorosa en origen, redentora para los oídos sensibles y ejemplo (en su versión coral) de cómo utilizar la polifonía con independencia de voces pero con un texto claro y directo. La homofonía domina sobre el contrapunto imitativo, a pesar de que todas las voces están trabajadas horizontalmente y son melódicamente satisfactorias.
La versión instrumental recoge todo el recogimiento original (perdonen la trabada redundancia), pero los melismas melódicos de la vihuela le dan un toque diferente, más instrumental, pero sin perder la referencia primera.
El nombre de Canción del emperador se debe a que era la preferida de Carlos V, para el que sirvió Narváez tras la muerte del comendador mayor de León Francisco de los Cobos en 1547.

La primera versión que escuché y que imité como intérprete fue la del gran maestro Andrés Segovia. En este vídeo en el concierto en la Casa Blanca el 3-11-1979 podemos observar cómo el guitarrista de Linares interpreta desde una perspectiva romántica, cuidando el sonido tan especial que conseguía, sin mucho estudio del instrumento original y sin ninguna poerspectiva historicista. Pensemos que por esos años sólo interpretaban a la vihuela cuatro "sonados" como Jorge Fresno.


Por el contrario, esta versión a la vihuela de Dolores Costoyas es consecuencia del sonido tenue y menos reverberante del instrumento original. Su versión es reposada y los pasajes melódicos no buscan ser redondos, sino sugerentes gestos de ida y vuelta. Sigue los criterios historicistas hoy en boga y me parece muy sugerente.



Para acabar, quiero volver al principio, al origen, a la chanson de des Prez. Escuchen esta bellísima versión de la Capilla Real de Catalunya y Hesperion XXI dirigidos por Jordi Savall mientras siguen la letra:

Mille regretz de vous abandonner
Et d'eslonger vostre fache amoureuse,
Jay si grand dueil et paine douloureuse,
Quon me verra brief mes jours definer.

Mil pesares por abandonaros
Y por alejar vuestro rostro amoroso
Siento tanto duelo y pena dolorosa
Que se me verá en breve acabar mis días.



sábado, 18 de septiembre de 2010

LAS SOMBRAS

A lo largo de la vida todos tenemos momentos donde la realidad, aunque no sea triste, es más fuerte que la persona. Un día a día agotador y algunas expectativas no cumplidas hacen que las sombras se apoderen de uno.
Esta mañana me he dado cuenta de que no quiero trabajar donde trabajo, que la composición es una quimera en la que hay prestigio pero ningún aliciente económico. La jornada es fatigadora y queda poco espacio para la creatividad.
Me he dado cuenta que casi no escucho música y que no tengo necesidad de escribirla.
A pesar de todo, la Siciliana de Fauré vuela en la penumbra.

martes, 31 de agosto de 2010

Retorno a las músicas que me emocionaron

Queridos amigos. Con el fin del mes de agosto retorna la actividad en el blog. Hoy inicio un ciclo sobre esas obras que me marcaron en un periodo de la vida, bien por razones musicales puras o bien por estar relacionadas a películas inolvidables, situaciones vitales, etc. Todos hemos evolucionado con el paso del tiempo, percibimos de forma distinta a la par que cambian los criterios interpretativos de las obras musicales.
Comenzaré por la Sonata para violonchelo y bajo continuo en mi menor RV 40 de Antonio Vivaldi. Mi primer contacto con ella fue por la magistral película de Stanley Kubrick Barry Lindon (1975). Obviamente, no la vi el año de su estreno, sino muchos después en un pase televisivo.
El film está genialmente ambientado en el siglo XVIII y, como en todos los trabajos de su autor, la banda sonora adaptada es de las que crean nuevos aficionados a la música clásica. La pieza más repetida es una Sarabanda de Haendel, pero también aparece uno de los tríos con piano de Schubert, un concierto para dos claves y orquesta de Bach y música popular irlandesa.
Retornando a la página vivaldiana, lo que se escucha en la película es una versión "romántica" de la misma. La sonata se convierte en concerto para cello y orquesta, con lo que ha existido una labor moderna de orquestación. Las frases largas del solista, la tensión y el vibrato marcan toda la interpretación, que tiende a ser lenta y sobrecargada. Esa era la forma común de realizar el barroco en los años 70, cuando los intérpretes con instrumentos originales y criterios historicistas todavía eran "rara habis". El resultado final es muy bello, pero tras la experiencia de las tres últimas décadas, me resulta un tanto obsoleto.


He buscado en youtube una versión con criterios historicistas para comparar. La verdad es que ninguna ha colmado mis expectativas. Lo más cercano es esta versión de la violonchelista Ophelie Gaillard, acompañada del conjunto Pulcinella. El resultado es mucho más esencialista y acorde con el estilo. Las frases no son tomadas de forma extensa sino detallista, marcando sutilmente los acentos intrínsecos del compás y las apoyaturas. La solista improvisa ornamentaciones en las repeticiones (la estructura es AA-BB) y el barniz romántico ya no se percibe. Sin embargo, los arpegios son monótonos y más galantes que barrocos. El allegro final está mucho más conseguido.

Espero que disfruten.

Featuring Ophelie Gaillard, cello

viernes, 30 de julio de 2010

Audición de «Canción y Danza»

Como ya les informé en este mismo blog, el pasado 25 de marzo tuvo lugar, en el instituto mexicano de París, el estreno de la obra Canción y Danza, para guitarra.
El guitarrista mexicano Mauricio Díaz Álvarez fue el encargado de este estreno. En su web podéis conocer todo su saber y trayectoria. En un concierto suyo es difícil no sucumbir ante su fuerza escénica, seguridad, brío y virtuosa musicalidad.
Canción y Danza es uno de los últimos ejemplos de un lenguaje del que poco a poco me voy alejando. Domina la modalidad, las melodías diáfanas, armonías colorísticas y un gusto por aunar técnicas del pasado remoto y el siglo XXI. La guitarra canta y enamora tanto que cuando escribo para ella procuro separarme de su hechizo y abstraerme de sus capacidades y limitaciones. Es mi instrumento, el que realmente amo y domino, por eso siempre es especial acrecentar su repertorio. Gracias a intérpretes como Mauricio eso es y será posible.
Pueden escucharla aquí:


El próximo mes de noviembre verá a la luz una nueva obra para guitarra, que nació como encargo del que ha sido mi gran maestro de guitarra en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid Gabriel Estarellas. El CDMC, dentro del museo Reina Sofía, será el marco perfecto.
Os mantendré informados.

martes, 20 de julio de 2010

MEDITACIÓN SOBRE EL XVII FESTIVAL DE MÚSICA DE LA MANCHA

Conocí el Festival de la Mancha de la manera más feliz posible. En el año 2005 recibí la llamada de Consuelo Díez, directora artística del mismo, encargándome una obra para piano que se estrenaría al año siguiente con un importante éxito (Preludio de don Fadrique). Desde ahí, el festival que se celebra desde hace 17 años en Quintanar de la Orden (Toledo- España) ha sido un antes y un después en mi vida. Me encanta el espíritu que tiene: posibilista, austero, cercano a los recursos del entorno, descubridor de talentos, muy bien organizado, acogedor y abordado desde el entusiasmo de una asociación de "locos" enamorados de la música (ASOCIACIÓN DE AMIGOS DE LA MÚSICA DE CASTILLA LA MANCHA). A todo ello hay que añadir la organización de los cursos Diego Ortiz y de unas mesas redondas sobre música e interculturalidad muy interesantes.
Esta edición ha sido otro ejemplo de lo anteriormente narrado. Quintanar se ha vuelto a volcar con su festival, pero eso no quita que ahora sienta cierta desazón ante el futuro.
Desde enero de este año tengo el honor de presidir la Asociación antes mencionada y, ante mi asombro, el ayuntamiento ha roto en convenio de colaboración que existía desde el año 2003, de tal manera que estamos vacíos de contenido y en una situación de precariedad insostenible.
La manida crisis no es excusa, porque todos la entendemos, reducimos honorarios y entre los conjuntos colaboradores se ha extendido con naturalidad un espíritu de sacrificio. La verdad es que no sé qué está sucediendo, escucho palabras tranquilizadoras, pero ahora sólo queda esperar la evolución de los acontecimientos para ver si merece la pena seguir con el esfuerzo.
Desde la tristeza, espero que se solucione.

martes, 6 de julio de 2010

Philippe Jaroussky. Los agudos imposibles


Conocí a Philippe Jaroussky por grabaciones hace cuatro años aproximadamente. Mis últimas tertulias con el escritor, doctor en literatura, compañero y amigo Juan Senís me han hecho retomar la audición de este excepcional contratenor.
Jauroussky tiene algo de turbador y alucinógeno. Sus agudos lo convierten más en un sopranista que en un falsetista (aun utilizando la técnica de estos últimos). Parece un viaje en el tiempo, un retorno al barroco con todas sus bellezas y miserias. Su aspecto imberbe le da apariencia de castrati, con todo el aprovechamiento escénico que conlleva.
Dicen los que saben más que yo de esto de las voces que ha tenido que mejorar su registro grave y que lo está consiguiendo. El caso es que uno no se siente indiferente ante la orgía sonora de sus agudos, una fiesta para los sentidos y para el deleite. Posee esa extraña capacidad de conmover, algo reservado para unos pocos elegidos.

He elegido dos muestras sonoras, porque enriquecen la labor del cantante francés. El conjunto instrumental L´Arpeggiata, dirigido por Christina Pluhar (que tuve el placer de escuchar hace un par de años en la Iglesia de San Felipe Neri de Cuenca) y la soprano Nuria Rial.

Por ti miro, por ti godo, de Claudio Monteverdi (1567-1643) . Dúo final de «L´incoronazzione di Poppea».



Ciaccona del Paradiso e del Inferno. Anónimo italiano del siglo XVII. Humor maravilloso.


lunes, 21 de junio de 2010

György Ligeti. «Lux Æterna», para 16 voces a capella























El 18 de Marzo de 1991, a las 19.30 horas en la Iglesia de San Pablo de Cuenca, tuve un antes y un después en la percepción de la música contemporánea.
El Coro Arnold Schoenberg, dirigido por Erwin Ortner, realizaba una magnífica interpretación de esta página intensa, breve, directa, vanguardista e innovadora, compuesta en 1966 por el húngaro, nacido en Transilvania y nacionalizado austriaco György Ligeti. Yo aún tenía 20 años y un mundo por descubrir... pero la primera puesta de un nuevo mundo se había abierto en ese momento.
«Lux Aeterna» no está integrada en un Réquiem a pesar de que el texto pertenece a la liturgia. Está escrito para 16 voces y es un homenaje a la tradición polifónica occidental, pero desde una perspectiva rompedora y muy diferente. Los conceptos melodía, armonía y ritmo se diluyen en una realidad llamada masa de sonido. Las voces juegan desde el unísono en sucesiones de intervalos de segunda, de tal manera que se crean masas de "ruido" más grandes o más pequeñas. Esta realidad disonante se le llamará "cluster", que no es necesariamente dura y que puede ser tratada con exquisita suavidad. Ligety formaba una auténtica nube sonora, que cambiaba, crecía o menguaba con maestría expresiva.
El autor denominó micropolifonía a esta técnica, que utilizó en varias de sus obras maestras de los años 60, como «Atmosphères» o «Lontano». El mismo compositor la explicaba así:

La compleja polifonía de las partes individuales está plasmada en un flujo armónico-musical, en el cual las armonías no cambian súbitamente, sino que se mezclan con otras; una combinación interválica claramente reconocible se va haciendo gradualmente borrosa, y en esta nubosidad es posible discernir una nueva combinación interválica tomando forma.

Ligety consiguió fama y prestigio con estas composiciones. El luchador por la libertad que huyó de la represión del telón de acero encontró un gran eco a su obra gracias al cineasta Stanley Kubrick y su película «2001, una Odisea en el espacio». La colaboración (que al principio no fue amistosa) se extendió en películas como «El Resplandor» o «Eyes Wide Shut».
Ligety nos dejó en 2006. Con él murió gran parte del talento que occidente mostró al mundo en la segunda mitad del siglo XX.
Déjense sobrecoger por esta belleza oscura y misteriosa, en la versión de la Cappella Amsterdam.

domingo, 6 de junio de 2010

Audición de «El horizonte eterno»


Hoy colgaré mi penúltimo estreno musical hasta la fecha. Lo había pospuesto a la espera de una mejor grabación, pero la crisis acecha y no va a poder sonar durante este mes como en principio estaba previsto.
El estreno sucedió el jueves 25 de febrero de 2010 en Alcázar de San Juan (Ciudad Real, España) a cargo de la Orquesta Sinfónica la Mancha bajo la dirección de José Ramón Monreal. El resultado tiene los desajustes típicos de estas situaciones y una grabación muy pobre (realizada por mí) con un micrófono digital a distancia, que hace que prácticamente sólo se perciban con claridad los violines primeros y los violonchelos.
Pensé no colgarla, pero pasados los meses me he decidido, porque tengo el defecto de que mi obra me quema en las manos y porque la labor de la orquesta y director por la difusión de los autores vivos es encomiable y sobresaliente. Espero que perciban ese sentido de homenaje a la Mancha, a su horizonte liso y perpetuo, los molinos y las vides...
Un fuerte abrazo y hasta pronto.



martes, 18 de mayo de 2010

MÚSICA PARA LA SERENIDAD (III)


Cuarteto para el fin de los tiempos de Olivier Messiaen (1908-1992).
Nos encontramos ante uno de los más importantes compositores franceses de todos los tiempos y, sin duda, el mejor del pasado siglo. Messiaen fue un místico contemporáneo. Toda su obra estuvo encaminada hacia el perfeccionamiento espiritual y el mensaje directo con Dios. Era católico convencido, persona de moral firme, bondadosa y generosa. Un profesor mío de composición (José Luis de Delás) me dijo, textualmente, que «desprendía un aura especial».
El lenguaje de Messiaen es firme, personal y comprometido con la vanguardia. Utiliza modos gregorianos y orientales, especialmente hindúes. Crea un lenguaje rítmico basado en la acumulación de valores en lugar de la clasificación en compases y su pasión por la ornitología lo plasma en la inclusión de cientos de tipos de cantos de pájaros en sus obras.
El Cuarteto para el fin de los tiempos tiene una génesis especial, dramática y emocionante. Messiaen, alistado en el ejército francés en 1940, fue detenido por tropas alemanas y trasladado al campo de prisioneros Stalag VIII-A en la localidad de Görlitz. En otoño de ese año crea esta página para los tres prisioneros músicos capaces de interpretar, con la inestimable ayuda de un oficial alemán amante de la música, que le pasaba todos los días el papel pautado. Inspirada en un fragmento de El Apocalipsis y dividida en ocho movimientos, se presentó en primera audición en dicho campo el 15 de enero de 1941, por Jean Le Boulaire (violín), Henri Akoka (clarinete), Etienne Pasquier (violonchelo), y el propio compositor al piano. Messiaen dijo siempre que fue el mejor público que haya tenido nunca. En realidad sólo había personas heladas y desalentadas, que en una situación límite entendieron como nadie esta música eterna.
Los fragmentos propuestos son el quinto y octavo movimiento.

V- Louange à l´Eternité de Jésus. (Alabanza a la eternidad de Jesús).
Jesús representa la palabra de dios. El cello canta una frase larga y extremadamente lenta para glorificar con ternura y reverencia la eternidad, poder y dulzura de la palabra, "que con los años nunca disminuirá". La melodía se despliega majestuosamente como un recuerdo lejano, tierno y lo abarca todo. "En el principio era el Verbo, y el Verbo vivía en Dios... y el Verbo era Dios".


VIII- Louange à l´immortalité de Jésus. (Alabanza a la inmortalidad de Jesús).
Un solo de violín con piano, igual que el violonchelo en el quinto movimiento. ¿Por qué este segundo homenaje? Porque aquí se dirige a la segunda cualidad de Cristo: a Jesús como hombre, la palabra hecha carne, resucitado de entre los muertos e inmortalizado para hacer su vida que conocemos. Este movimiento es puro amor. Asciende gradualmente hacia un pico intenso, la ascensión del hombre hacia Dios, del Hijo de Dios hacia su padre para convertirse en criatura divina en el paraíso.


Escuchen esta hermosa versión de 1991. Tras la audición de estos pasajes, uno entiende las palabras de Yvonne Loriod, segunda esposa del compositor. Tras la muerte de éste, sólo dijo... «Ya se encuentra donde quería estar».

jueves, 15 de abril de 2010

MÚSICA PARA LA SERENIDAD (II)

Adagio for strings Op.11 de Samuel Barber (Pensilvania, EE.UU. 1910- Nueva York 1981)
Últimamente estoy sintiendo simpatía por todos esos compositores de la pasada centuria que rápidamente fueron despreciados por el pensamiento único de la vanguardia. Samuel Barber vivió alejado de cualquier rupturismo, buscó su lenguaje personal en un ambiente tonal o modal anclado en la tradición romántica y no se sintió atraído por las nuevas corrientes que tanto sedujeron a sus compatriotas. Con el tiempo, he visto que el deseo de novedad a cualquier precio ha desbaratado a muchos creadores y que el considerarse adelantado no es un rasgo especialmente interesante. A las pruebas me remito. Bach, Victoria, Mozart o Verdi fueron compositores anclados a una tradición que nunca quisieron romper. Barber es un caso más.

Como casi todos los amantes de la música, mi primer acercamiento a este autor norteamericano fue consecuencia de la película Platoon (1986) de Oliver Stone. El drama de la muerte y la guerra absurda se veía envuelto por las pinceladas de una música sostenida, lenta, que permanece en continuo dramatismo y que daba mayor sentido a algunas escenas, sobre todo la muerte del sargento Elías.

Ya en plena madurez, he retornado muchas veces a esta página y cada vez la observo con más admiración. Apenas 69 compases, con un 4/2 dominando casi todos ellos, pero sólo como un agarre ante un ritmo donde no existen partes fuertes y débiles como tal. La escritura es sencilla y diáfana, con una armonía vagamente tonal en si bemol menor, pero que raramente se define. Dominan los acordes tríadas y menores.

El origen de la obra, escrita en 1936, fue un cuarteto de cuerda, pero a petición del director Arturo Toscanini, transcribió el segundo movimiento para cuerda completa. El éxito ha sido sonado y Barber también la adaptó para coro mixto, con el título de Agnus Dei.

El Adagio para cuerdas de Samuel Barber tiene un sentido elegíaco evidente. Sin embargo, su audición genera en mí auténtica serenidad, un bálsamo para el espíritu. Escúchenla, por favor, en la versión de la Orquesta de la BBC dirigida por Leonard Slatkin el 15 de septiembre de 2001 en honor de aquellos que perdieron la vida unos días antes en los atentados de las Torres Gemelas.
Hasta pronto.



lunes, 5 de abril de 2010

MEDITACIÓN SOBRE LAS 49 SEMANAS DE MÚSICA RELIGIOSA


Poco puedo escribir sobre la 49 edición de las SMR. Mi papel como informador y crítico en EL DÍA DE CUENCA ha exprimido toda mi capacidad de análisis técnico. Por eso sólo quiero meditar sobre las sensaciones que me deja este maravilloso festival, el mejor del mundo en el campo religioso.
Minkowski me hizo llorar en su versión de La Pasión según San Juan de Bach. A pesar de mi amor por este arte, sólo fue la segunda vez que me pasa. Pero lo mejor es que casi todos los días tenía algún momento donde hervía mi interior por la grandeza interpretativa y lo sublime de la obra. Como ejemplo, la intimidad inenarrable de Andreas Martin con el laúd Barroco, o Melnikov afrontando los 24 preludios y fugas de Shostakóvich en un clima de emoción continuo. Pasaron Les musiciens du Louvre, Harry Christophers, La Venexiana, King´s Consort, Arditti Quarttet, Hiliard Ensemble, Marta Almajano, Psallantes... Obras como las dos Pasiones y la Misa en Si de Bach, estrenos mundiales y recuperaciones musicológicas.
Pero lo que no puedo describir es la sensación espiritual que recorre mi cuerpo. Esa serenidad que me invade, la necesidad de lenguajes de alabanza musical en mi agnóstica mente. Imagino que existe una predisposición para ello y que la belleza de la ciudad y el perpetuo mensaje de la muerte de Jesús me influirá.
En todo caso, espero con impaciencia la edición 50, las bodas de oro de un festival que engrandece Cuenca y la convierte en el centro de la música internacional.

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