jueves, 15 de abril de 2010

MÚSICA PARA LA SERENIDAD (II)

Adagio for strings Op.11 de Samuel Barber (Pensilvania, EE.UU. 1910- Nueva York 1981)
Últimamente estoy sintiendo simpatía por todos esos compositores de la pasada centuria que rápidamente fueron despreciados por el pensamiento único de la vanguardia. Samuel Barber vivió alejado de cualquier rupturismo, buscó su lenguaje personal en un ambiente tonal o modal anclado en la tradición romántica y no se sintió atraído por las nuevas corrientes que tanto sedujeron a sus compatriotas. Con el tiempo, he visto que el deseo de novedad a cualquier precio ha desbaratado a muchos creadores y que el considerarse adelantado no es un rasgo especialmente interesante. A las pruebas me remito. Bach, Victoria, Mozart o Verdi fueron compositores anclados a una tradición que nunca quisieron romper. Barber es un caso más.

Como casi todos los amantes de la música, mi primer acercamiento a este autor norteamericano fue consecuencia de la película Platoon (1986) de Oliver Stone. El drama de la muerte y la guerra absurda se veía envuelto por las pinceladas de una música sostenida, lenta, que permanece en continuo dramatismo y que daba mayor sentido a algunas escenas, sobre todo la muerte del sargento Elías.

Ya en plena madurez, he retornado muchas veces a esta página y cada vez la observo con más admiración. Apenas 69 compases, con un 4/2 dominando casi todos ellos, pero sólo como un agarre ante un ritmo donde no existen partes fuertes y débiles como tal. La escritura es sencilla y diáfana, con una armonía vagamente tonal en si bemol menor, pero que raramente se define. Dominan los acordes tríadas y menores.

El origen de la obra, escrita en 1936, fue un cuarteto de cuerda, pero a petición del director Arturo Toscanini, transcribió el segundo movimiento para cuerda completa. El éxito ha sido sonado y Barber también la adaptó para coro mixto, con el título de Agnus Dei.

El Adagio para cuerdas de Samuel Barber tiene un sentido elegíaco evidente. Sin embargo, su audición genera en mí auténtica serenidad, un bálsamo para el espíritu. Escúchenla, por favor, en la versión de la Orquesta de la BBC dirigida por Leonard Slatkin el 15 de septiembre de 2001 en honor de aquellos que perdieron la vida unos días antes en los atentados de las Torres Gemelas.
Hasta pronto.



7 comentarios:

  1. Una excelente selección musical y una muy emotiva nota.

    Un abrazo, Manuel…

    ResponderEliminar
  2. Dices: A las pruebas me remito. Bach, Victoria, Mozart o Verdi fueron compositores anclados a una tradición que nunca quisieron romper. Barber es un caso más.

    Respondo: En mi caso, nuestro querido Toledo fue uno de los primeros hombres que me habló claro sobre las virtudes del orden para crear belleza.

    Y, ¿qué es del arte sin belleza? ¿Qué es de la belleza sin arte?

    ¡Salud e inquieta belleza!

    ResponderEliminar
  3. Es difícil crear belleza sin orden. No niego la posibilidad, pero me atrae menos.
    Un fuerte abrazo, Enrique.

    ResponderEliminar
  4. Tímidamente me asomo. Tus comentarios y los de tus amigos me enseñan y nunca es tarde para aprender (espero).
    Recuerdo que escuché esta música después del 11M y he sentido el mismo escalofrío. Ese día dejó su huella en todos nosotros.
    Bellísimo adagio.
    Magdalena

    ResponderEliminar
  5. Mira que curioso. Por una serie de casualidades, leo un poema que yo desconocía, Oda a una urna griega de John Keats y el último verso dice:
    "Cuando a nuestra generación destruya el tiempo
    tú permanecerás, entre penas distintas
    de las nuestras, amiga de los hombres, diciendo:
    «La belleza es verdad y la verdad belleza»... Nada más
    se sabe en esta tierra y no más hace falta."

    Creo que define lo que tú denominas belleza en el orden, si he captado tu idea.
    Magdalena

    ResponderEliminar
  6. Magdalena, no sé si esos versos captan mi idea de belleza y orden, pero «La belleza es verdad y la verdad belleza»... Nada más
    se sabe en esta tierra y no más hace falta."... Procuraré mantenerlo como filosofía estética y de vida. Es realmente hermoso.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  7. ¡Interesantísimos comentarios!

    ¡Salud y bella alegría!

    ResponderEliminar

Luchemos por la ortografía