Recta final.
Los dos últimos días de la presente edición de las SMR estuvieron marcados por dos
conciertos de música vocal –en Arcas y San Miguel— y por la doble participación
del violinista y director siciliano Fabio
Biondi al frente de la noruega Stavanger
Symphony Orchestra.
La mañana del Sábado Santo viajamos a la iglesia de Arcas,
siempre impactante. Ahí tuvimos la ocasión de escuchar nuevamente a la Capilla Cayrasco, dirigida por Eligio Luis Quintero, permaneciendo en
la memoria el excelente concierto que nos brindó la pasada edición con música
de los maestros españoles del barroco Juan Hidalgo y Carlos Patiño. En este
caso, el repertorio se centró en los dos grandes del renacimiento temprano: Jean
de Ockeghem y Josquin des Prez. Quizá buscaron una excesiva sobriedad, pero el
resultado final fue seco y algo plano. Cantaron el latín con acentuación francesa,
pero atenazados y poco naturales.
Capilla Cayrasco, Eligio Luis Quinteiro ©SMR/Santiago Torralba |
El domingo en la iglesia de San Miguel tuvimos la ocasión de
escuchar un concierto donde se combina la música del mítico compositor
renacentista Carlo Gesualdo, encarnación del exceso vital –con asesinato de la
mujer y el amante de ésta incluido— adulador de la disonancia y el manierismo
extremo, con obras actuales de autores vivos como la francesa Caroline Chauveau y el italiano Gianvincenzo Cresta. El ensemble Solistes XXI, bajo la dirección de Rachid Safir, fue el encargado de esta combinación. Las páginas
contemporáneas jugaron con el timbre de la viola, interpretada con maestría por
Cristophe Desjardins. Liber Novus de Chaveau sonó rica de
efectos y exhalaba teatralidad. Devequt
II de Cresta era más contrastante e igualmente intensa. El tránsito a
Gesualdo parecía natural, gracias a la idéntica filosofía del maestro
napolitano, aunque la separación temporal sea de más de cuatrocientos años.
Ensemble Solistes XXI ©SMR/Santiago Torralba |
Fabio Biondi y su
magisterio.
El violinista y director italiano ofreció lo mejor de su
filosofía en el encuentro con la prensa previo al concierto. Uno de los más
prestigiosos músicos “historicistas” que interpreta y dirige habitualmente
instrumentos “originales” replanteó esta cuestión por el enorme simplismo que
supone. Por ejemplo, dijo que algunos consideran “adecuado al historicismo”
tocar una obra alemana de 1756 con un violín italiano de 1710, cuando en
realidad no lo es, replanteo en artificioso mundo de los diapasones y llevó a
muchos asistentes a repensar la moda actual.
El maestro Biondi, actuó con una agrupación de instrumentos
modernizados (salvo la tiorba, el chalumeau, el clave y el órgano positivo), la
Stavanger Symphony Orchestra, pero
con un fraseo fundamentado históricamente y limpiado de barniz romántico. Lo
hizo en dos ocasiones, el Sábado Santo con el oratorio del compositor italiano
Antonio Caldara, Morte e sepoltura di
Christo, un oratorio de 1724 que resultó un feliz descubrimiento para los
presentes. Sin sentido dramático, pues no era una narración, sino una
meditación poética de los presentes en la sepultura de Jesús previamente a su
resurrección, las arias da capo eran de gran belleza y poseían elevado
magisterio. Ayudó la solvencia del quinteto vocal, excelente en su conjunto y
de forma individual, y una orquesta vibrante. Esperemos que este oratorio y su
compositor recuperen la vigencia que tuvieron en su época.
Fabio Biondi, Stavanger Symphony Orchestra ©SMR/Santiago Torralba |
Los mismos componentes, con el añadido del Coro de la Comunidad de Madrid, fueron
los protagonistas del concierto de clausura del Festival. La ocasión era de las
grandes, con cámaras de televisión, importante número de políticos y un público
que llenó la catedral, que luce magnífica, luminosa y con belleza abrumadora.
Fabio Biondi
interpretó como solista un juvenil Concierto
para violín y orquesta en Sol Mayor de Franz Joseph Haydn. La idea del
palermitano es que ninguna frase musical mantenga una dinámica estable. Todos
son cataratas y torrentes en crescendos
y decrescendos constantes,
manteniendo un permanente cambio y una variedad cautivadora. Tras este
aperitivo, la misa más luminosa de Mozart: la Misa de la coronación KV 317. Versión formidable, fresca, intensa,
brillante, llena de colores, con un coro madrileño esplendoroso, una orquesta
comprometida, unos solistas excelentes y una catedral henchida de música,
plena, absoluta y feliz. Una jornada final que deja la 54 edición en un gran
nivel y a nuestro festival, que siempre será de Cuenca, en el primer escalón mundial.
Coro Comunidad Madrid, Stavanger Symphony Orchestra, Fabio Biondi ©SMR/Santiago Torralba |
Visita acústica a la catedral ©SMR/Santiago Torralba |