Debo reconocer que me lo paso bien en mis clases. Veo en muchos adolescentes la alegría de verse capaces de hacer música en grupo, cuando antes lo creían imposible. Tengo reacciones llenas de cariño que nunca olvidaré y que se mantienen para toda la vida. Hoy en día tengo amigos entre mis ex-alumnos. También hay en las aulas chicos que oponen una resistencia pétrea a la motivación. Aceptarlo resulta esencial para evitar frustraciones.
Tengo varios defectos como profesor. El primero de ellos es cierta anarquía y el segundo la incapacidad de evitar las decepciones, sobre todo de los responsables educativos. Ello me hace desear un cambio de rumbo en mi vida laboral... pero el deseo se tropieza con la necesidad de el día a día.
No piensen que voy a adornar esta fecha tan señalada con el Aleluya de Haendel. Sería demasiado obvio. Mejor, déjense seducir por esta maravilla neoclásica del compositor ruso Igor Stravinsky (1882-1971). Se trata del ballet Pulcinella (1920), en el que el autor toma sin complejos pasajes completos del gran compositor barroco Giovani Batista Pergolesi, además de otros creadores menores del mismo periodo como Domenico Gallo, Carlo Ignazio Monza y Alessandro Parisotti. Stravinsky cumple así el encargo del bailarín y coreógrafo Sergei Diaghilev y será estrenado por Leónide Massine en el papel principal y con el "plus" de los decorados de Pablo Picasso. La música mantiene la frescura original, pero uno nota que no está exactamente en el barroco, sino en una recreación. Las armonías se vuelven a veces ácidas y los efectos orquestales están en clara sintonía con los descubrimientos tímbricos de los años veinte. Stravinsky se aleja de sus ritmos obstinatos y deja de lado la ampulosidad de la que hacía gala la década anterior. Creo que el ruso nunca conseguirá igualar la calidad de sus composiciones de este periodo y menos aún en sus devaneos finales, cuando coqueteó sin ningún convencimiento con el dodecafonismo.
Déjense llevar por esta música que lleva irremediablemente a la felicidad... y con un Zubin Metha excelente.