Poco puedo añadir de mi maestro Gabriel Estarellas que no esté publicado en su página web, en su extensa discografía o en cualquier biblioteca sobre música para guitarra del siglo XX. Tan sólo voy a hablar de mi contacto personal con él.
En el año 1992, un joven conquense, con la maleta llena de ilusión, viaja a Madrid para estudiar el grado superior de guitarra en el Real Conservatorio Superior de Música. El contacto con Gabriel fue difícil al principio. Yo, al fin y al cabo, era el típico jactancioso que destacaba en una ciudad pequeña, pero que al lado de lo mejor del país y del extranjero (la cátedra de guitarra estaba poblada por alumnos de allende nuestras fronteras) pasaba por uno más, lleno de vicios y errores técnicos que muchas veces me negaba a ver.
El maestro Estarellas imponía. Su rictus en clase (quien no sea músico, debe imaginar la situación de más de una hora donde sólo hay un alumno y un profesor) siempre era serio. Rara vez decía adjetivos como "perfecto", "inigualable" o "está clavado", nada que pudiera convertir al alumno en un acomodado.
Eso sí, nunca tenía un mal gesto, animaba al estudio y sobre todo... resolvía TODAS las dudas técnicas, ahondaba en el estilo de la pieza, hablaba desde la sabiduría del MÚSICO con mayúsculas, que permanecía en contacto con los compositores más importantes de España. Además era un visionario de la guitarra y un buscador de sonoridades. Recuerdo cómo monté con profundidad Fábula, de Luis de Pablo, cuando apenas había salido de la mente del autor.
Tras acabar los estudios (demasiado rápidamente) hubo un periodo de separación. Él siguió su gran carrera como solista y docente (por él han pasado grandes intérpretes como Mauricio Díaz Álvarez o Lucas Martino Garro) y yo me centré en intentar dominar el mundo de la composición. Pensando en él compuse el Concierto para guitarra y orquesta de cuerda. Cuando lo recibió movió "Roma con Santiago" para posibilitar su estreno, que tuvo lugar en Lublin (Polonia) dentro del Festival Internacional de Guitarra de esa ciudad en 2005, actuando como solista Lucas Martino.
Hace un año me encargó una obra para ser estrenada en los ciclos del CDMC en el auditorio del Museo Reina Sofía. Como consecuencia de ello, nació Passacaglia, que sonará por primera vez el 15 de noviembre.
Estoy nervioso, pero seguro de que será un éxito. El intérprete lo garantiza.