REQUIEM DE GIUSEPPE VERDI (1813-1901)
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Taedet animam meam vitae meae; dimmitam adversum me eloquium meum, loquar in amaritudine animae meae. Dicam Deo: Noli me condemnare: indica mihi, cur me ita iudices. Numquid bonum tibi videtur, si calumnieris et opprimas me opus manuum tuarum, et consilium impiorum adiuves? Numquid oculi carnei tibi sunt, aut sicut videt homo et tu videbis? Numquid, sicut dies hominis dies tui, aut anni tui sicut humana sunt tempora, ut quaeras iniquitatem meam, et peccatum meum scruteris? Et scias, quia nihil impium fecerim, cum sit nemo qui de manu tua possit eruere.
¡Estoy hastiado de mi vida! Voy a dar curso libre a mis quejas, hablaré con la amargura de mi alma. Quiero decir a Dios: "No me condenes; muéstrame por qué me juzgas así. ¿Es decoroso para ti hacer violencia, desdeñar la obra de tus manos y complacerte en los consejos de los malvados? ¿Acaso tienes ojos de carne y miras como mira el hombre? ¿Son tus días los de un mortal, son tus años los de un hombre para que tengas que inquirir mi culpa y andar rebuscando mi pecado, cuando sabes que no soy culpable y nadie puede librarme de tus manos?
La versión es la de TALLIS SCHOLARS dirigidos por su fundador PETER PHILLIPS en 1987. Nunca superada, aunque recomiendo a todos los lectores que escuchen la luminosa visión de MÚSICA FICTA dirigidos por RAÚL MALLAVIBARRENA.
El año del centenario de la muerte de Isaac Albéniz no podía prescindir del instrumento que más ha extendido su música por todo el mundo. Curiosamente, el maestro de Camprodón jamás escribió una nota para guitarra, pero conoció las versiones realizadas por su contemporáneo colega Francisco Tárrega. En Albéniz La guitarra suena natural, como si fuera el ideal sonoro de su mente cuando creaba las partituras pianísticas.
El concierto del pasado martes también fue un homenaje al anteriormente nombrado Tárrega, fallecido también en el funesto 1909. El compositor y guitarrista castellonense ha pasado a la historia por dos cosas. La primera fue revolucionar la técnica y la construcción de la guitarra y la segunda, crear algunas de las melodías más famosas de la historia de la música.
El intérprete.
Carles Trepat llegó a nuestra ciudad con la aureola de ser considerado uno de los mejores intérpretes de su generación y la verdad es que no defraudó. Se presentó con una guitarra Santos Hernández, construida alrededor de los años veinte del siglo pasado, que proyectaba un timbre aterciopelado, dulce y de excepcional belleza. Desde el primer momento, guitarrista e instrumento funcionaron con perfecta simbiosis, huyendo de todo tipo de ampulosidad o extravagancia y buscando desde el principio un clima íntimo y esencial. Toda la oferta musical mereció la pena, pero quisiera destacar algunos detalles que realmente me llamaron la atención. El primero fue el fraseo claro y reposado, muy evidente en el casi siempre angustioso trémolo de «Recuerdos de
Concierto excelente, de los que hacen amar un instrumento único y que demasiadas veces es mancillado por manos diletantes. Espero que la experiencia se repita.
Crítica de Manuel Millán aparecida en la versión impresa de EL DÍA DE CUENCA EL 13-11-09.
Cuando en el año 1997 el jurado del Primer Premio Internacional de Composición «Isla de
Si esta pieza no está programada habitualmente en las orquestas de cámara de nuestro país, quizá sea porque es fruto del trabajo de un señor que no tiene un extraño apellido extranjero, ni agente, contactos o enchufes oficiales. Sólo escribe música desde nuestra ciudad –en la que lleva afincado más de dos décadas— a la vez que enseña armonía, contrapunto y composición en el conservatorio «Pedro Aranaz». Pero háganme caso; «Nebbie» merece muchas audiciones, análisis y la inmersión en un fascinante universo sonoro y expresivo. Su primera escucha incita a la lectura del estremecedor poema de la escritora decimonónica italiana Ada Negri sobre el que está construido la obra. A partir de ahí tenemos que viajar por el clima gris, sombrío y nebuloso que llega a diversos clímax sonoros y expresivos. No existe hueco a lo banal ni un segundo de relajación desde los pizzicatos iniciales hasta los furibundos trémolos. La forma general es redonda y la belleza no deja a nadie indiferente.
Quizá tanta profundidad fue difícil de entender para el jovencísimo y reducido plantel que desplegó
Fragmento de la crítica aparecida en EL DÍA DE CUENCA el 19 de octubre de 2009
Soffro.
Lontan lontano
Le nebbie sonnolente
Salgono dal tacente
Piano.
Alto gracchiando, i corvi,
Fidati all’ali nere,
Traversan le brughiere
Torvi.
Dell’aere ai morsi crudi
Gli addolorati tronchi
Offron pregando, i bronchi nudi
Come ho freddo! …..
Son sola;
Pel grigio ciel sospinto
Un gemito d’estinto
Vola;
E mi ripete:
Vieni;
È buia la vallata,
O triste, o disamata,
Vieni! …..
Vieni! ….
- ADA NEGRI -
Sufro.
En la lejanía
Las nieblas soñolientas
Se elevan del silencioso
Llano.
Graznando en lo alto, los cuervos,
Confiados a sus alas negras,
Atraviesan los fieros
Páramos.
A las mordeduras crueles del aire
Los mutilados troncos
Ofrecen implorantes, las ramas desnudas,
¡Qué frío tengo! ….
Estoy sola;
Impelido por el cielo gris
Un lamento de ánima
Vuela;
Y me repite:
Ven;
Está oscuro el valle,
O triste, o desamada,
¡Ven! ….
¡Ven! ….
Traducción libre de José Miguel Moreno Sabio.
Los intérpretes serán La Orquesta Filarmónica de Cuenca, bajo la batuta de Luis Carlos Ortiz.